Empezamos nuestra visita al centro histórico con emoción. No sabíamos bien lo que nos esperaba. Habíamos visitado antes el centro. Como todo buen chilango sí, como todo chilango que va observa. Sabe dónde está, ha comido ahí, compra ropa ahí, camina por ahí. Pero jamás se para a conocer la historia sobre las calles. Calles que guardan secretos, calles que vieron muchos de los sucesos más importantes de la historia de México. Y entonces, ¿Por qué no ahora? Empezaríamos por conocer algo que podríamos haber visto hace años.
Al bajar del metro y encontrarnos todos para empezar, decidimos empezar por ir a desayunar un café que nos llamó la atención y entre el café, los moyetes la fruta las risas y la diversión decidimos trazar nuestra ruta, para saber que lugares ibamos a visitar.
Al principio nos resulto un tanto dificil ya que no nos podíamos poner bien de acuerdo, pero al final nos dimos cuenta de que no importaría el orden al visitar los lugares, la magia de ellos nos atraparía sin duda y se volvería una experiencia inolvidable.
Deajríamos nuestra imaginación echar a volar, para de las cosas más sencillas hacer las cosas más grandes y jugar a ser Hernan cortes en su casa,o situarnos en la misma época y actuar como si estuvieramos en ella.Y así comenzó nuestra aventura …
